septiembre 15, 2011

Puño cerrado o mano extendida?



No vaya por la vida contenido, cerrado y apretado. Es mejor abrirse e intercambiar. Permita que fluya algo de su espontaneidad. Le hará bien a usted y de paso, le hará bien a los demás. Abandone definitivamente el insulto, la desesperación y la queja.

No tiña el ambiente de negro, ni convierta su mundo y el mundo de los otros en un pesado paño de lágrimas. A las personas no les interesa ni sus apuros ni sus problemas. No reaccionarán bien e inevitablemente s
e alejarán de usted.

No es conveniente depositar en la gente de su entorno las consecuencias de su propia impotencia. Los otros no son culpables de lo que usted no puede o no quiere generar. No los mortifique. No los obligue a escuchar.

Vaya por la vida como en primavera; con buen aire y floreciendo.
Intente ser agradable, intervenga activamente, haga algo útil, diseñe algo lindo, intente sentirse mejor. Logre que el otro se sienta bien a su lado.

La vida es una aventura. Nada es estático. Los escenarios son siempre cambiantes e inesperados y es usted quien elige cómo y hacia donde transitar.
Elija para conversar, personas productivas, positivas y entusiastas, y advertirá como gradualmente, usted irá reemplazando ese estilo constipado, esa mueca gris y la sonrisa de plástico por una risa colorida, auténtica y franca.