marzo 26, 2011

Las "madres contra el paco" y "los padres" son responsables del paco que consumen sus hijos.




Muchas madres, dicen combatir, lo que ellas mismas -por desorientación, por intensa confusión o por falta de intervención paterna- generan en sus hijos. Este es el caso,
de las "madres contra el paco", que -entre otros tantos casos- tienen resonancia actual en la Argentina. Estas mujeres se oponen al paco, como si en esa oposición, se enfrentasen al verdadero peligro de la adicción de sus hijos. Se equivocan seriamente. Insistir en la idea de que el daño está afuera, y circunscribir todo el peligro en una sustancia, es tirar la pelota afuera y, por consiguiente, alejarse de la verdadera solución al problema. Lo que se necesita en estos casos; no es luchar contra el paco. Lo que se necesita en estos casos es, Orientación a Padres.

Es prioritario que los padres revisen sus conductas y -en consecuencia- se comprometan, más y mejor, en la educación de sus hijos. Es preciso concientizar, a la población parental, que el consumo de drogas en sus hijos; está directamente relacionado con dificultades de los padres y, en muchos casos, se vincula a la presencia de diversas y severas patologías dentro del ámbito familiar, las cuales son transmitidas y repetidas, dramática, y en algunos casos, trágicamente, por los hijos.

El paco, en sí mismo, es inocuo. No genera adicción. En cambio, padres con una idea vaga, acerca de lo que está bien o lo que está mal, con grave inmadurez psíquica, que se abstienen de hacer lo que es preciso hacer, o que hacen justamente lo contrario a lo que se espera que una madre o un padre deban poder hacer; con conductas mortificantes y ambivalentes hacia sus hijos; incapaces de brindar amor o de reaccionar de un modo adecuado ante las conductas de sus hijos; sí son generadores de adicción en sus hijos.

Muchas veces, resulta más tolerable -para algunos padres- situar el problema de la adicción de sus hijos -lejos y fuera- del ámbito familiar; en lugar de situar el problema, donde verdaderamente está: -cerca y dentro- del ámbito familiar.

En consecuencia, los padres de hijos adictos, en lugar de lamentarse por la realidad de sus hijos, y de situar y acentuar -despreocupadamente- el origen del peligro en las sustancias tóxicas, deberían responsabilizarse e implicarse en la causación de la realidad oprimente de sus hijos, e ir a la búsqueda de una terapia psicoanalítica, que pueda ordenar las cosas y -en consecuencia- remediar tanto malestar.