
La evolución saludable o patológica de las personas depende de las influencias innatas y de las experiencias adquiridas. Desde la temprana infancia, es importante el modo en que los padres reaccionen hacia sus hijos. Padres comprensivos, que dan lugar a sus hijos, estimulan la fortaleza, integridad, autonomía y la creatividad de sus hijos. Contrariamente, aquellos padres que por incapacidad o ignorancia no reaccionan de un modo adecuado, estarán potenciando la enfermedad psíquica de sus hijos.
Castigarán la autonomía, el disenso y la separación.
Contribuirán a la impotencia y a las conductas regresivas.
No se nace con enfermedades psíquicas. Las enfermedades psíquicas se hacen. Por eso, la calidad de los cuidados desde la más temprana infancia es fundamental.