
Si no hay límite ni sanción
prevalece el todo vale
el caos y la perversión.
Si no hay límite ni sanción
se alienta el desenfreno
la impudicia y la prostitución.
Si no hay límite ni sanción
se autoriza la transgresión
y ya nadie ocupa su función.
El objetivo de este blog es ayudar a las personas a vivir mejor difundiendo la poderosa capacidad del psicoanálisis como vehículo de transformación personal.
El cirujano opera en el cuerpo. El psicoanalista opera en el alma
La única operación efectiva que saca a las personas del padecer que las enloquece o enajena es la operación psicoanalítica. Cualquier otra operación que las personas intenten para salirse de su propia alienación será inútil, estéril o dolorosa y no llevará a las personas ni a la afirmación, ni a la claridad ni al bienestar personal.
La operación psicoanalítica no necesita quirófanos, anestesistas o cirujanos. Tampoco necesita tijeras o bisturí.
La operación psicoanalítica no somete a las personas al sadismo de los médicos, ni al imperativo anestésico de vivir en un sopor aletargante. La operación psicoanalítica no acuesta a las personas en camillas, no las duerme, no corta ni saca partes del cuerpo. No busca en la sangre. Tampoco la pide. La operación psicoanalítica no necesita ni pide nada de eso. Sólo pide hablar. La operación psicoanalítica no desconoce, que la alienación de una persona -aquello que la condena- no se soluciona ni se cura, con la extirpación o pérdida, de una parte del cuerpo..